CENTRO CULTURAL QUINTA MONTES MOLINA

Materia

CENTRO CULTURAL QUINTA MONTES MOLINA | MATERIA | Foto: Jaime Navarro.

El Centro Cultural Quinta Montes Molina, es un proyecto de vocación pública, con fuerte arraigo local, ubicado en el Paseo Montejo, en la ciudad de Mérida, Yucatán. Si bien forma parte de la propiedad original, la Quinta Montes Molina, –que data de 1906 y se construyó bajo los cánones estéticos del porfiriato–, su proyección como centro cultural se da en 2016. Lo anterior, derivado de un análisis arquitectónico y un plan maestro tanto de la propiedad y los usos que había tenido hasta entonces, como de la ciudad misma. Es decir, en todo momento el proyecto consideró su relación con la ciudad de Mérida, sus paisajes, su arquitectura y sus habitantes.

Antecedentes

La Quinta Montes Molina es una construcción de inicios del siglo XX que se mantiene en su estado original. Su historia se remonta a 1906, año de su construcción. Desde entonces, el lugar ha sido un referente social y un icono arquitectónico local. Se ubica en el emblemático Paseo Montejo. A partir del año 2000, sus jardines fueron utilizados para distintos eventos sociales y culturales, y desde 2006,  se abrió al público como Casa Museo.

Para el año 2015 se construyó un pabellón adyacente a la Quinta. El proyecto resultó ganador en la Bienal de Arquitectura de la Ciudad de México en el mismo año, en la categoría de cultura,  tanto por su diseño como por la generación de cambios positivos en la propiedad en el entorno de la capital yucateca, enfatizando su rol como condensador de la cultura, la identidad local y el espíritu comunitario.

Derivado de la afluencia de visitantes, en 2016 surgió la necesidad de construir un estacionamiento en la parte posterior del predio. El análisis arquitectónico del proyecto, resultó en la visión y posibilidad de algo más ambicioso, un centro cultural.

Proyecto

En todo momento, el plan maestro del proyecto estudió el contexto del momento que vivía Mérida, así como el comportamiento de sus habitantes, y de ahí se propuso la construcción del centro cultural, iniciando así un proceso de casi seis años de planeación, estrategia, financiamiento, diseño y ejecución.

En dicho proceso, los arquitectos fungieron no sólo como diseñadores, sino como estrategas, generando vínculos y acuerdos con instituciones y actores culturales en México y Estados Unidos. Con ello, se estableció un programa adecuado que entendió perfectamente la relación entre la Quinta y Mérida, y que permitió la generación de modelos de negocio para entender el proyecto como una economía circular con recursos propios para las actividades culturales. Se formó, además, un consejo externo para el diseño de una agenda cultural, sus políticas y una institución encargada del proyecto. Los propietarios de la Quinta, la familia Montes Molina, buscan que el lugar sea un legado cultural a la ciudad y la comunidad. 

Diseño

El centro cultural se emplaza en la propiedad, detrás de una banda de árboles centenarios que fungen como una fachada natural y que señalan la vocación espacial del proyecto; conformar una serie de pabellones tejidos por umbrales.

De este modo, el diseño propone una serie de pórticos que generan recorridos y envuelven espacios públicos exteriores y armónicos. Las columnas y cerramientos enmarcan vistas hacia la casa, los jardines y el pabellón, integrando visualmente todos los elementos. El proyecto busca generar un espacio público, entendiendo la arquitectura como lienzo material y espacial, para atestiguar su paso en el tiempo, así como el abrazo de las sombras que regalan la luz y el cielo yucateco en las superficies construidas.

Los programas articulados por los pórticos incluyen un espacio público principal para eventos culturales al aire libre, una terraza y espejo de agua, un café-librería (cuya apertura está programada para septiembre de 2022)  y áreas de baños, servicios y cocinas para los banquetes que se realicen en el pabellón. Cuenta, además, con un área destinada para una sala de cine de arte, cuya operación se estima para 2024. En planta alta se añaden dos terrazas, oficinas administrativas y un espacio destinado para galería de arte y usos múltiples.

Adicionalmente, la galería de arte principal se localiza en el jardín de La Quinta, fungiendo como transición entre los espacios que ya existían, la casa y el pabellón, con los nuevos. Se determinó hundir este espacio para no competir con el pabellón y privilegiar las áreas de jardín, utilizando su techo como terraza. Abajo, su espacio protege las obras de arte de las condiciones ambientales. Es decir, de la luz intensa y el calor, proporcionando un mejor control de la temperatura. Su acceso es a través de dos patios escultóricos, cuyas escaleras ascienden y rematan con vistas de la casa o el pabellón.

El diseño arquitectónico se expresa por medio de su material: el concreto. Genera tableros y marcos que hablan de aquellos que conforman los accesos a los espacios interiores de la Quinta. A pesar de su escala, se articulan los elementos de muros, trabes, columnas y faldones, de modo que sus juntas expresan el sistema constructivo, pero también un nivel de ornamentación sofisticado, que reinterpreta aquellos detalles de la casa y logra así una integración de dos momentos arquitectónicos –la tradición y el presente–, de modo armonioso. Los planos, perspectivas y ritmos, activan con la ayuda de la luz y los diversos registros y texturas del material, un cambio incesante de efectos, sombras y sensaciones. El concreto fue prefabricado localmente usando agregados de la región, siendo así también el caso de la piedra natural. El resto de los materiales los complementa el paisaje, el cielo y la luz.

Este proyecto no fue un proceso fácil. En el camino enfrentó altas posibilidades de ser cancelado o detenido, además del Covid, tormentas e inundaciones históricas en Mérida, problemas de financiamiento y cambios de paradigmas en los enfoques de programas. El programa de actividades será oficialmente lanzado en el verano de 2022 y hará de este lugar un referente indiscutible de espacio público y comunitario, con proyección nacional e internacional en un momento clave del desarrollo de la ciudad.

Sostenibilidad

Si bien el proyecto forma parte del crecimiento del plan maestro y la evolución vocacional de La Quinta Montes Molina, y busca ser un espacio de confluencia social, cultural y atractivo turístico, su diseño siguió los lineamientos del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia), dada la contigüidad a la casa. Su emplazamiento respeta, además, el esquema de jardines antiguos; manteniendo la calidad urbana, generando espacio colectivo y manteniendo una importante área de recuperación del manto freático en el centro de la ciudad.

La adaptación del proyecto, al entorno urbano, se logra a través de su escala y su estrategia espacial de portales, permitiendo una vivencia del exterior, bajo la protección de la sombra. Considerando que el crecimiento de Mérida en los últimos años ha visto una desbordada aparición de proyectos comerciales y habitacionales, este proyecto busca equilibrar espacios públicos de cultura con el esparcimiento y la economía sostenible, así como el legado histórico con una visión al futuro.

La expresión arquitectónica del proyecto es resultado de la interpretación contemporánea de estos espacios de transición y su ornamentación, ligando esta última al oficio constructivo del concreto prefabricado, su despiece como ensamble tectónico y sus superficies como los lienzos de expresión de la luz, la sombra y el tiempo. El prefabricado permitió una eficiencia constructiva y económica, utilizando materia prima y producción local, así como un control de obra eficiente y la adaptabilidad del diseño a diversos arreglos de espacios. La estructura, arquitectura y “terminado” se hacen, así, un solo elemento. De esta manera se expresa la labor estructural, permitiendo generar una escala amable, destacando los múltiples registros de materialidad que el concreto puede expresar.

Créditos del Proyecto

Arquitectura: Materia.
Equipo: Gustavo Carmona, Karla Uribe, Gustavo Xoxotla, Luis Felipe Márquez, Mathías Henry, Raybel Cueva, Yaatzil Ceballos, Sandra Ciro, Teresa Berumen, Edgar Dzul, Magaly Morales, Miguel Ramírez, María Castelazo.
Contratista General: Opresa.
PM: Yamil Barbosa.
Diseño de iluminación: Luca Salas.
Ubicación: Paseo Montejo, Mérida, Yucatán.
Paisajismo: Gustavo Carmona + Molino Lab + Jarde.
Fotos: Jaime Navarro.

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