Dante Showroom es un local comercial de calzado de gama alta ubicado en Emilio Castelar, a un costado de Av. Presidente Mazaryk, una de las zonas comerciales más importantes de la Ciudad de México. A pesar de su gran ubicación, su forma estrecha y alargada representaban condicionantes para un espacio de venta de 42m2.

Como estrategia inicial, al espacio interior se le dio orden colocando dos retículas de madera en los costados. A nivel piso se genera un recorrido sobre losetas de mármol que marca el flujo del proyecto y encapsula una alfombra que establece el área de probador.

Al tener como preexistencia dos arcos estructurales se utilizó la línea curva como un gesto que acompañe diferentes elementos del proyecto. Los arcos fueron recubiertos en sus caras exteriores de espejo para generar profundidad espacial y su desaparición visual; no obstante, se acentúan sus cantos con placas de bronce pulido trabajadas a mano. Mismo material que se emplea en diversos objetos los cuales resaltan y reflejan el entorno.

El diseño de la tienda busca que cada zapato sea una pieza a contemplar. Para ello la retícula de carpintería permite observar el tratamiento a muros con pasta en tonos verdes, donde el zapato queda en un primer plano enmarcado como un lienzo. La propia retícula gira en fachada generando el escaparate.

La configuración del showroom se rige bajo un eje central donde se colocaron tres monolitos. Dos son usados como sillones y el tercero, al fondo, como mueble de cobro. Esta serie fue colada in situ con un acabado estriado. Cada una de estas islas descansa sobre un poyo que es abrazado por una placa de lámina de acero pulido y junto con un halo de luz indirecta, ocasiona un efecto de levedad.

Se buscó que la presencia de lo artesanal acompañe durante todo el recorrido al comprador, ya que es una cualidad que comparte con la manufactura del calzado, es por ello que la composición de todos los elementos resalta la mano de obra mexicana y a su vez, rematan en un muro de hoja de oro (haciendo un claro homenaje a Mathias Goeritz).

La luz se trató como un material en sí mismo, por ello, los muebles de exhibición están en rodeados por líneas de luz, así como sus repisas internas. Este interior iluminado busca atraer a los peatones así que se optó por una fachada sobria compuesta de de un juego de texturas en color negro: acabado mate para muros y un marco de vidrio brillante que recibe a las personas.

Para dar flexibilidad al espacio se incorporaron unas cortinas con transparencia de modo que la tienda se puede re-configurar de acuerdo a su despliegue. En el primer cuadrante se añadió una tela con mayor opacidad para que permitiera la proyección de imágenes en eventos especiales o mientras el Dante Showroom se encuentra cerrado; de tal forma que se continúa generando interacción con la ciudad por la noche.

El Dante Showroom es una intervención que envuelve lo existente con texturas, planos, líneas y operaciones espaciales para otorgarle un carácter visual y correcto funcionamiento a la tienda. A su vez, busca cautivar la curiosidad del potencial usuario para descubrir la finalidad de este ejercicio de arquitectura: volver al calzado el protagonista de la obra.