Arboreto 278
TALLER EDUARDO AUDIRAC
El origen de esta casa arrancó como un encargo de ‘arquitectura especulativa’ o una casa para venta, antes de ser un proyecto de vida para una familia; analizar el mercado inmobiliario de la zona y estudiar el presupuesto del cliente fueron las raíces de esta vivienda.
La relación con el ‘primer cliente’ empezó buscando los mejores lotes para poder desarrollar el encargo, de nuevo, el origen de toda arquitectura, el contexto.
Los criterios de selección privilegiaron un predio en esquina por el potencial plástico, la proximidad al volumen construido y el confort para los usuarios al ‘ahorrarse un vecino’; las casas en este fraccionamiento se construyen colindando muro a muro por lo que existen retos de habitabilidad y dificultades técnicas para el mantenimiento natural de una vivienda.
La secuencia de la casa, arranca con el acceso en esquina, retrasado y jerarquizado con una piel de madera para liberar la cochera y servicios (bodega, calentador-hidroneumático, área de lavado, tocador, despensa y cocina) concentrados al frente e integrándose a todo un basamento taciturno, para contrastar con el repellado rústico en blanco de la planta alta. La materialidad complementaria es el tabique rojo recocido en los muros colindantes, diseñados como testigos del tiempo al ser consumidos por la vegetación y el contacto con el agua y otros fenómenos de la naturaleza.
Recorriendo y continuando esta secuencia espacial. En la planta baja se proyecta un eje lineal de circulación que a manera de ‘esquema peine’ organiza la escalera y la entrada a la cocina con los servicios desde el interior de la casa; se remata con el jardín y los ‘muros testigo’ abrazando las visuales de sala-comedor-cocina.
La planta alta resuelve primero un espacio semipúblico de trabajo o un tentativo closet de blancos, organizando dos recámaras compartiendo un baño y otorgando una identidad a cada recámara, una hacia el jardín y otra a la esquina seleccionada. La recámara principal vuela hacia la cochera cubriéndola parcialmente y dándole carácter, dialoga con el acceso a través de la ‘ventana discreta’ forrada en su interior con madera.
Pensando siempre que la mejor vivienda, es la más flexible, la que pueda crecer con la familia o cambiar con el tiempo, por lo tanto se resuelve la otra escalera para un nuevo programa y futuro nivel habitable.
Créditos del Proyecto
Arquitectura: Taller | Eduardo Audirac.
Ubicación: Cholula, Puebla.
Año: 2018.
Fotografía: Patrick L Jaimes