Reflexión sobre el detrás de una expo

Pocos hablan de lo que realmente implica realizar una exposición. De lo que tarda en levantarse —en tan solo una semana— una ciudad efímera de miles de metros cuadrados. Regularmente, quienes asistimos solo observamos el resultado final, pero pocas veces reconocemos o felicitamos a todos aquellos que hacen posible que el evento suceda: desde quien barre el piso hasta el líder del proyecto.

Hoy quiero dedicar estas líneas para felicitar a un proyecto que hace algunos años decidió separarse de otra exposición, buscando marcar una diferencia y mostrar otra cara de la moneda. Sus curadores han hecho una labor que merece reconocimiento y, sobre todo, dejar atrás los comentarios negativos o las críticas que no aportan y solo deberían guardarse en un cajón.

Es cierto que algunos espacios pudieron dejar algo que desear, pero eso no es responsabilidad directa de quienes organizan. Todos sabemos que cada proyecto tiene un tiempo limitado para realizarse, y que la comunicación entre equipos es siempre uno de los mayores retos.

El trabajo en equipo mostrado en esta edición de OB demuestra lo que puede lograrse cuando se colabora de forma multidisciplinaria: arquitectos, interioristas, diseñadores industriales, paisajistas, especialistas en iluminación, obreros, materialistas, muebleros y tantos otros perfiles que, juntos, hacen posible este tipo de experiencias.

¡Felicidades a todos los involucrados!

Opinión de:
Fabián Del Valle

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